LAS VEGAS, Estados Unidos.- Unas horas después de la pelea que lo consagró como el nuevo campeón mediano del Consejo Mundial de Boxeo, el argentino Sergio "Maravilla" Martínez reconoció que tomó malas decisiones en el último round y destacó la guapeza de su rival, el mexicano Julio César Chávez Jr. "Me dolían las manos de tanto pegarle", sostuvo el quilmeño, en declaraciones publicadas por Canchallena.com.
Agotado por el esfuerzo de la noche anterior, el boxeador argentino, un poco más lúcido supo hacer mea culpa y asumir su responsabilidad en el asalto que le pudo haber costado la carrera. "Fue ridículo lo que hice. Venía manejando todo bien, bien. Pero me relajé y la cagué. No me confié. En un momento, tuve este movimiento y dije: 'Uy, la cagué'. Y pum, me comí la mano, me quedé parado para que me pegue", relató Martínez su peor momento arriba del ring.
"Y cuando caigo, digo: 'La puta madre'. Me levanté, estaba consciente, lo veía a él. Pero no tenía estabilidad en las piernas. Digo: 'mato o muero'. Pero después del mato o muero, vi que no tenía estabilidad y dije: 'muero'. Me pegó en el oído, por eso no escucho bien. No escucho casi nada ahora. Claro que uno tiene conciencia de lo que pasa en esos momentos. También me dije al levantarme: 'este pibe no me va a llevar por delante, ya tiró todo', se confesó el flamante campeón.
Ya con el cinturón en su poder, "Maravilla" podrá tomarse el tiempo necesario para operarse y recuperar sus rodillas tanto así como su mano izquierda, fracturada durante el combate del sábado en Las Vegas. Está claro que le lloverán ofertas y será él el que decida contra quién pelear. "Habrá que esperar los diagnósticos médicos y después ver. Bob Arum (el dueño de Top Rank y promotor de esta pelea) me sugirió hace unas horas un desquite con Julito, en Dallas, en el estadio de fútbol americano de los Cowboys, con 60.000 personas y PPV (pay per view). Pero eso no me cierra . Allí, Chávez hace lo quiere y además todas las reglas, con el dopaje y esas cosas, son menos rigurosas, digámoslo así", se adelantó a contestar el quilmeño, que tiene en mente a otro tipo de rival.
"Por una cuestión personal, me gustaría pelear con el puertorriqueño Miguel Cotto. Es un tipo raro. No me cae bien, como a la mayoría en el ambiente del boxeo. Sería una buena pelea si lográramos un acuerdo en el límite de nuestros pesos", deseó el argentino, que lucirá al menos hasta el año que viene su flamante cinturón, el mismo que alguna vez ostentara Carlos Monzón. LA GACETA ©